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Rosas frescas
Y no me digas que me amas.
Ni me traigas rosas frescas cada día.
Ni me llames insistente en la mañana.
Ni quieras compartir mi nuevo día.
Déjame que sea el agua de la fuente
ese agua que transita por los ríos.
Qué sea el viento que atraviesa fieramente
cada espacio de la tierra sin bravíos.
Déjame que sea esta tierra, aún secana
donde pisan, los duros pasos el labriego.
Qué me pueda adentras en pura grana
y ser el fruto del trabajo sin reniego.
Déjame ser el fuego de los campos
de algodones de trigales, u olivares,
que mi mano sea la calma entre los cantos
donde dejan sus sentires los cantares.
Pero déjame que sea solo esa gota,
que aminora la sed de los sedientos,
que alivia la pena que ingrata denota,
la amargura al quebrar los sentimientos.
Porqué nada soy que no sean otros
ni seré nada que se denomine importante.
Soy la mano que abraza tantos rostros
desamorados por la pena delirante.
Pero no me traigas rosas frescas cada día
ni me digas que me amas sin demora.
No quieras compartir las horas mías
déjame que camine, como el viento sola ….
Autor-@-
Francis Falcón..
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